Friday, January 4, 2008

Sombra de mí


Entre los grandes del grupo poético del 27 es Luis Cernuda el que me gustaba menos. Podía reconocer desde luego que hablando técnicamente era un buen poeta de los versos clásicos, aunque le faltaba normalmente la rima final.

Pero un día hace muchos años yo en busca de otro poema para explotarlo en algún curso ekfrástico me encontré ante el siguiente poema, el que me había atraído la atención a través de la palabra imagen. Claro que no tardé mucho en descubrir (¡un solo verso!) que el poema no tiene nada que ver con el arte visual. Con todo seguí leyendo en voz alta y de repente sufrí una conversión poética como que de un rayo. De memoria supe los versos hasta recitármelos desbordante de alegría en el camión, en el despacho, en la acera... cada vez más consciente de lo que Cernuda quiso decirnos desde su exilio mejicano. A partir de entonces me veo forzado a admitir, si es necesario, que Luis Cernuda es mi predilecto no sólo del grupo del 27, sino de toda su generación.

Sombra de mí

Bien sé yo que esta imagen
Fija siempre en la mente
No eres tú, sino sombra
Del amor que en mí existe
Antes que el tiempo acabe.

Mi amor así visible me pareces,
Por mí dotado de esa gracia misma
Que me hace sufrir, llorar, desesperarme
De todo a veces, mientras otras
Me levanta hasta el cieno en nuestra vida,
Sintiendo las dulzuras que se guardan
Sólo a los elegidos tras el mundo.

Y aunque conozco eso, luego pienso
Que sin ti, sin el raro
Pretexto que me diste,
Mi amor, que afuera está con su ternura,
Allá dentro demí hoy seguiría
Dormido todavía y a la espera
De alguien que, a su llamada,
Le hiciera al fin latir gozosamente.

Entonces te doy gracias y te digo:
Para esto vine al mundo, y a esperarte;
Para vivir por ti, como tú vives
Por mí, aunque no lo sepas,
Por este amor tan hondo que te tengo.

Con las horas contadas (1950-1956)

Es un poema que me recitó de memoria (tras tantos años) José María Delgado una noche al lado del Hombre de Piedra en Sevilla. El tío se parece a una biblioteca virtual de versos en castellano y en italiano, e incluso alguno en francés. Yo tristemente ya no lo tengo recordado palabra por palabra en la mente, pero sí lo guardo en el corazón. Acabo con la foto de los tres--José María, Luis Cernuda y yo--en la calle Aire del Barrio de Santa Cruz, donde vivía Luis de niño.

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